La historia que he escrito hoy, bueno en realidad no se le
puede llamar historia en si, mas bien es un fragmento de una parte de la
historia. Bueno, en fin, vayamos a lo importante, este fragmento forma parte de
la novela que estoy escribiendo en la actualidad, tal vez al final ni siquiera
la incluya pero desde luego forma parte de la vida del personaje principal,
Cecilia.
Como es tan solo un fragmento he decidido titularlo como la
novela.
Espero que os guste, o que por lo menos os haga sentir algo…
CECILIA
Estar a su lado hacia tiempo que había cambiado de
significado. Antes solo el pensamiento de permanecer junto a el evocaba tantas
sensaciones placenteras que jamás se propuso ni tan siquiera identificarlas,
separarlas o analizarlas, simplemente estaban ahí y ella se limitaba a
disfrutarlas.
Ahora estar a su lado solo servía para recordarle que
envejecía, que su vida no había seguido el camino que debía.
Hacía tiempo que había comenzado a apagarse, porque ella,
antes de toda aquella tristeza marital, brillaba, brillaba intensamente, tanto
que en más de una ocasión al entrar en una habitación o un bar muchas personas
se volvían a mirarla, no como en las películas, pero si de una manera bastante
obvia. Ahora, al mirarse en el espejo no veía nada de eso, ninguna luz, solo el
reflejo de una mujer cansada, que en la treintena, debería sentirse y verse
joven, pero que a pesar de sentir en efecto muchas cosas ninguna se acercaba
vagamente a eso. Al contrario, hacía tiempo que solo veía canas, bolsas, ojeras
y tristeza en unos ojos que no hacía tanto tiempo incluso a su apático marido
le volvían loco.
¿Qué había ocurrido? ¿Había sido tal vez ella la culpable?
No le gustaba hacerse preguntas en el silencio de la soledad porque a menudo
las repuestas a esas preguntas eran dañinas y oscuras. De hecho había tomado
una decisión al respecto. No volvería a pensar en nada de eso hasta la
primavera, tal vez incluso hasta el verano, dejaría que el invierno siguiese su
camino y tal vez con el sol las cosas se viesen de otra manera, porque seguro
que estaba exagerando, seguro que solo era un bache, que no había perdido
ninguna luz, porque mirándose a ese espejo solo había una mujer triste, opaca,
de aspecto demasiado cansado como para ni siquiera insinuar que en algún
momento hubiese podido brillar.
ah estado interesante
ResponderEliminarMuchas gracias Adriana :)
ResponderEliminarcreo que refleja la realidad de muchas mujeres.
ResponderEliminarSi, es cierto, es lo que intento que sea Cecilia, una de tantas mujeres, una persona normal, una vida normal.
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