domingo, 31 de agosto de 2014

SORTEO!




Hola a tod@s, hace mucho que no publico nada y no sé como disculparme. Solo puedo decir que estoy trabajando en muchos proyectos entre ellos Renacidos. La búsqueda.
A pesar de todo, much@s de vosotr@s continuaís a mi lado y me gustaría poder agradecéroslo. Para ello ya hasta dentro de un par de días llevaré a cabo un sorteo de un ejemplar en papel de Renacidos. Primer viaje. Si queréis participar lo único que tenéis que hacer es seguir la página de Facebook.

Os espero a tod@s!
Un abrazo

Amaya

martes, 29 de abril de 2014

COLABORACIÓN CON "SECTOR. MORIR EN DIRECTO"

Hoy quiero compartir con vosotros algo hacía mucho tiempo que tenía apartado, una colaboración con otra página. Aqui os dejo la pequeña historia que he escrito para acompañar la imagen de Sector. Morir en directo una página que nace para dar a conocer una pelicula que se estrenará el año que viene. No la hace un gran estudio si no gente muy cercana a mí que está trabajando día y noche para que salga adelante.

Espero que os guste



No había descanso posible y lo sabía. Terminar un sector nunca era garantía de salvación pero aún así habían decidido parar. Todo lo que se habían dicho eran excusas: Que harían guardias, que sería solo un momento, que había sido un día largo y que sus cuerpos estaban exhaustos y necesitados de descanso. Al fin y al cabo trabajaban en un hospital, sabían que la capacidad del cuerpo humano para permanecer en alerta era limitada. Todo excusas.
Su única razón, la de Ron Barek, había sido el acantilado, el sonido del mar. Claro está, se la había guardado para sí mismo. Se acercaba el momento en el que solo él podía oír su miedo y esperaba que el ruido de las olas lo hiciese desaparecer.
Tal vez se estuviese volviendo loco ¿Era posible caer en la locura en tan solo tres días? Antes hubiese dicho que no, pero antes también se considera incapaz de matar.
Era ese sonido que solo él parecía oír lo que le hacía dudar, nadie más escuchaba ningún avión y era posible que no lo hubiese. Tal vez era la manera que su mente había encontrado para mantenerle alerta, para evitar que se relajase, que se confiase.
“¡Ya es suficiente!” No podía continuar haciéndose aquello. Lo más probable era que si decidiesen ir a por ellos ni siquiera les oyesen llegar. Que ellos hubiesen llegado en avión al infierno que estaba siendo Death Lilium, no significaba que quién fuese a cazarlos lo hiciese de la misma manera.
Necesitaba respirar hondo, aún con la máscara puesta sentía el olor del mar aunque tal vez ni siquiera fuese su olor real. “Patético”. La primera vez que veía el mar y en lo único que era capaz de pensar era en ese trozo de plástico y en la posibilidad de que su final llegase desde el cielo.
Cerró los ojos en un nuevo intento de olvidar dónde estaba, qué estaba haciendo y por qué. Solo quería respirar y escuchar el mar. Durante unos segundos se sintió capaz de conseguirlo. Su mente se sumergió en una agradable oscuridad primero y después poco a poco le mostró algunos de los recuerdos que esperaba poder conservar cuando todo aquello terminase.
Un momento de descanso, el único real desde que eligieron que llevaría cada uno en la carrera, la noche en el hotel que pasaron tras la elección fue el inicio de su pesadilla. Apenas durmió, necesitaba familiarizarse con el rifle, con su tacto, con la sensación de tener un arma en las manos y con su peso. Pero sobre todo necesitaba saber cómo sería ver a través de la mira telescópica a una persona, saber que se sentía al apuntar a la cabeza de alguien cuando tu única y mayor obsesión era mantener con vida a todo el que te rodea. Y eso es lo que hizo cuando los demás se durmieron, apuntar a Limbo, a Tallen, respirar y contener las nauseas. Aprender a aceptar lo que tal vez Death Lilium le obligaría hacer y no dudar llegado el momento. Al día siguiente, cuando puso el pie en el avión supo que aquella noche en vela había merecido la pena. Si se veía obligado a hacerlo, apretaría el gatillo.
Abrió los ojos de nuevo, algo no marchaba bien. Podía oír la voz de sus amigos aunque era imposible distinguir las palabras, todo parecía ir bien pero él sabía que no era cierto. La locura le mantenía en alerta. Agarró el fusil con decisión y echó un último vistazo al mar. Cuando se dio la vuelta el sonido de los motores le dijo hacia donde correr. Al fin y al cabo Death Lilium nunca descansa.


Amaya Álvarez

miércoles, 12 de febrero de 2014

POR FIN EN AMAZON!

Muy buenos días a todos! Hoy estoy muy contenta y es que por fin he conseguido publicar Renacidos en Amazon, cierto que de momento solo en ebook pero estoy trabajando para que pronto esté disponible también en papel. Necesito un poco de ayuda con el ingles pero es solo un pequeño obstáculo más que superar.
Os dejo el enlace para que le echéis un vistazo y desde luego para que lo compartáis! ;)

http://www.amazon.es/RENACIDOS-PRIMER-AMAYA-ALVAREZ-OROZCO-ebook/dp/B00ICH6304/ref=sr_1_5?s=books&ie=UTF8&qid=1392195955&sr=1-5&keywords=amaya+alvarez

miércoles, 27 de noviembre de 2013

AHORA EN TWITTER

Buenos días a todos, los que ya me conocéis un poquito sabéis de mis escasas artes en el mundo de la informática, redes sociales... Aún así he decidido empezar a curiosear por twitter (amayaescritora). Me he propuesto además darle más publicidad al cuento a fin de que pueda por ejemplo llegar a las bibliotecas de los colegios para que los niños puedan trabajar y conocer, no solo el Síndrome de Tourette (síndrome que padecen los protagonistas del cuento) sino también la diversidad y la tolerancia.

Deseadme suerte!

Amaya

viernes, 15 de noviembre de 2013

PRESENTACION EN FNAC DE DONOSTI

Buenos días a todos. Ayer por fin tuvimos la presentación de "Una aventura diferente a las demás" en la fnac de Donosti. Fue algo increíble por muchas razones, por estar rodeada de gente a la que quiero muchísimo, por ver como las personas aún podemos implicarnos de verdad en las cosas, por estar en la fnac...
Gracias a todos y a todas por vuestro apoyo!




lunes, 4 de noviembre de 2013

TE ECHO DE MENOS

Navegando he encontrado esta imagen que me ha ayudado a ilustrar unas palabras que a punto estuvieron de no ser...





TE ECHO DE MENOS

 

Te echo de menos

aunque estés a mi lado

aunque sepa que con solo extender un brazo podría tocarte

aunque mi mirada olvidadiza juegue a observarte a escondidas.

No debo sonreír al verte

le ordeno a mi cuerpo que no reaccione

que no levante la mano buscándote

que no se aproxime a ti en cada paso.

Porque me duele mirarte

mis lágrimas queman

mi respiración se apaga

mis labios se desesperan.

Las palabras se desdibujan

y mi corazón se rompe

y mi voz se quiebra

y mi alma me abandona.

Continuas a mi lado pero yo te echo de menos…

 

Amaya Alvarez

viernes, 13 de septiembre de 2013

PRESENTACIÓN

Aqui os dejo una foto de la presentación del cuento, fue un gran momento, muy emotivo y que nunca podré olvidar.



lunes, 2 de septiembre de 2013

UN SUEÑO CUMPLIDO

Hola a todos, claro que se que hace muchísimo tiempo que no escribo nada. No tengo excusa, pero aún así quiero contaros a que he dedicado mi tiempo.
Muchos ya sabéis que inicié una nueva aventura embarcándome en un cuento. Un cuento diferente, sus protagonistas son dos niños que padecen una de las llamadas enfermedades raras. El Síndrome de Tourette. Pues bien estoy muy muy contenta de poder deciros que tras mucho trabajo, "Una aventura diferente a las demás" que es como se titula esta historia, verá la luz el próximo 10 de septiembre. Bueno, lo cierto es que ya lo tengo en mis manos y que ese día será el de la presentación. No sé como se puede describir un momento así, no es solo felicidad, es tanto lo que he puesto en este proyecto que parte de mí está entre las páginas de ese cuento.
Os dejo la portada, a mí desde luego me parece perfecta.
Espero que os guste

Amaya

miércoles, 12 de junio de 2013

REGRESO AL RINCÓN DE LAS HADAS

Hoy quiero compartir con vosotros una pequeña historia que surgió gracias a una preciosa imagen de Pilar Vega, por favor no dudeis en visitar su página.




 
Caminando de nuevo por el mismo bosque, fue consciente de cuanto le habían cambiado los años. Si cerraba los ojos casi podía oír el sonido de sus pasos 20 años atrás. Pequeños saltos indecisos apenas amortiguados por la hierba. Con 5 años, cada día es una aventura diferente, y la visión de la criatura más hermosa que jamás viesen unos ojos humanos, no asusta. Te deja sin aliento, te maravilla y te paraliza, y te mantiene suspendido en el tiempo, completamente indefenso y perdido en un único segundo.

Aunque había intentado engañarse a si mismo, en cuanto sus pies descalzos tomaron de nuevo la misma senda, hubo de admitir que aquel no era un paseo cualquiera, que no elegiría una ruta al azar. 20 años después necesitaba verla de nuevo. A la culpable de sus  sueños, de sus historias más hermosas. Deseaba desesperadamente encontrarla en el mismo claro, y mientras se decía que era imposible, que nunca había existido y que su mente aún demasiado infantil se obstinaba en hacerle creer que las fantasías de un niño eran reales, sus pasos eran cada vez más rápidos, su mirada volaba de la sombra de un árbol a otro y su respiración se helaba ante el más leve ruido.

¿Cuánto caminó aquella tarde? ¿Cómo mide la distancia un niño que juega a perderse en un mundo de hadas? Y ¿Cuánto ha de estar dispuesto a perseverar un adulto que lucha contra sus propios recuerdos? No hubo de responder ninguna de aquellas preguntas pues en el mismo instante en el que comenzaba a temer haber errado en la elección del camino, frente a él cobró vida su recuerdo más intenso. Ni siquiera fue consciente del dolor de sus rodillas al caer rendido al suelo, no podía apartar su mirada de ella, nada había en el mundo capaz de hacerle levantar y regresar al mundo del que había salido huyendo. Allí estaba observándole su inspiración, su sueño más insistente, su hada.

 

Amaya Alvarez

sábado, 1 de junio de 2013

OJOS GRISES






Mirando sus pequeños y hundidos ojos grises supo que la oscuridad consumiría sus últimos días.

En silencio, frente aquella anciana, deseo haber elegido cualquier otro asiento. Pero al entrar en el vagón sus pasos le llevaron hasta ella. El rencor y la pena, ocultas entre las hondas arrugas que poblaban su rostro, sus manos, sus heridas, le obligaron a contener el aire. Sintió un dolor opresivo en el pecho, y necesitó navegar en la plata de aquellos ojos. Profundizar en sus recuerdos, casi apagados, casi inexistentes, y borrar aquellos que obstinados en permanecer junto a ella, alejaban la paz de sus últimos días.

Pero se contuvo, concentró todas sus fuerzas primero en apartar su mirada, después en ordenar a sus músculos que le sacaran de aquel vagón, y finalmente en subir las escaleras que le llevarían de nuevo hacia la luz.

En momentos como aquellos odió su propio cuerpo, su envoltorio, su disfraz. Ser capaz de poder liberar una mente atormentada y tener que huir a esconderse una vez más.

Quien escogió su castigo supo encontrar la forma de atormentarle.

 

Amaya Alvarez

viernes, 8 de marzo de 2013

EL CUADERNO DE LA CHICA INVISIBLE (yo)


 

 

Hoy he querido demostrarme a mi misma que tenia razón al pensar que soy invisible.

Un pequeño experimento basado en la simple observación. Tal vez no muy objetivo he de reconocer, ya que la observación sería tan solo por mi parte y las únicas conclusiones válidas las mías.

Resumiendo y sin darle demasiadas vueltas ni importancia, me he limitado a subir al metro, con un destino y un objetivo final claro está, y he observado como pasaba completamente desapercibida. Cierto es que nadie se ha sentado sobre mi, cosa que atribuyo a algún tipo de cambio en el aire o tal vez a un sutil olor que ellos no saben reconocer pero que avisa a sus mentes inconscientes de que ese no es un sitio apto para sentarse.

Y mientras esto ocurría, mientras yo iba sentada en un vagón aceptablemente poblado, observando y sin ser observada, he sentido unas ganas locas de escribir. Una necesidad que hacia incluso aflorar una sonrisa en mi rostro invisible. Mis manos ansiaban sacar mi pequeño cuaderno rojo (obsequio de una gran amiga y que siempre llevo conmigo preparado para recibir cualquiera de mis pensamientos). Solo me ha detenido la sensación de que si hacia un solo movimiento el aire que me envolvía cambiaría y revelaría al resto del pasaje una figura antes inexistente para ellos.

 

Ahora me encuentro realmente sola en el vagón y a una parada de mi destino, por fin mis manos se sienten satisfechas con el familiar y reconfortante tacto de mi cuaderno.

Una chica invisible escribiendo en un vagón solitario.

 

Amaya Alvarez

viernes, 1 de marzo de 2013

MIS AUSENCIAS

Después de mucho tiempo sin pasarme por aqui, he visto que ha habido y con razón, quien ha decidido dejar de seguirme. No tengo absolutamente nada que reprocharles, al contrario, comprendo su decisión. A los que continuaís aqui a pesar de mis ausencias solo puedo daros las gracias.
Cada texto, historia y palabra que publico en este blog esta dedicada enteramente a vosotros.
Un abrazo
Amaya

MI INSPIRACIÓN


La imagen que acompaña este pequeño texto pertenece a "La Magia De Las Alas"






¿Se aleja ahora que el dolor me atormenta?

Me niega el refugio en mis palabras.

Se alimenta de mi miedo.

Y espera.

Se esconde, toma forma.

Crece entre las sombras.

Y cuando a penas tengo aliento, me golpea con violencia.

Me devuelve a la consciencia.

Me despierta y me empuja hacia delante.

Mi inspiración.

La parte más oscura de mi mente.

 

Amaya Alvarez
 


sábado, 2 de febrero de 2013

EL CASTIGO (ella)

La historia de "El castigo" no ha terminado. Sus protagonistas continuan aún enseñandome que tienen mucho que decir. En esta ocasión conoceremos lo que ve y siente "ella", oiremos su voz y sentiremos sus miedos. Espero de verdad que os guste.
La imagen tan increible que acompaña esta historia es fruto del trabajo de "La Magia de las Alas"



-¡Ah maja! –dijo la enfermera desde el otro lado de la cortina. –¡Hay que tener amigos hasta en el infierno! –después se alejó riendo.

No sabía a quien iban dirigidas esas palabras, probablemente a la “inquilina” del box contiguo. No era la primera vez que las oía, pero allí, recostada en la cama del hospital, aquella expresión adquirió un nuevo sentido.

Cerró los ojos y pensó en él. ¿Era eso lo que él era? ¿Un amigo en el infierno? No, no era la expresión correcta pero se acercaba mucho a ella, estaba segura. No sabía de donde venía aunque suponía que el infierno era un lugar en el que podía imaginarle. Nunca se lo había preguntado, era absurdo, ellos no hablaban, no podían hacerlo. Por lo menos no con palabras.

Era su amante, lo sentía en cada centímetro de su cuerpo.Así que si usaba un poco la lógica, el término exacto para describirle sería “su amante en el infierno”.

Dobló las piernas y subió la sabana exactamente hasta la altura de los ojos. No se los tapó, aunque deseaba perderse dentro de esa cama aquello haría que él se preocupase aún más. Porque sin duda estaba preocupado. Verla allí, en el hospital, presa de horribles y esporádicos dolores en el estómago, le estaría volviendo loco.

Estaba a su lado, aunque nadie pudiese verle, estaba allí. Ella lo sabía y le sentía de la misma manera en la que respiraba, y las enfermeras y médicos que la habían estado acompañando, también lo sabían. Lo notaba en sus caras. Una inquietud fugaz en sus ojos, un escalofrío, una ráfaga de aire helado cada vez que el joven médico posaba la mano en su vientre desnudo. Se sentían incómodos, y tal vez esa fuese la razón por la que hacia tanto tiempo que nadie pasaba por su box a comprobar como se encontraba.

Una parte del infierno ocupaba aquel pequeño rincón de urgencias.

 

-¿Y si alguien muriese? –preguntó en a penas un susurro. –¿Adonde iría?

 

Solo él había podido escucharle, lo sabía de la misma manera en la que sabía que no podía contestarle. Pero necesitaba sacar de su mente el terrible presentimiento de que por su culpa, las almas de aquellos que muriesen mientras ellas estuviese allí, solo podrían encontrar el camino del infierno.

 

-Les estoy condenando –una suave ráfaga de aire caliente le acarició la mejilla. –Tengo que salir de aquí.

 

Se levantó intentando ignorar el pinchazo que atravesaba su estómago. Miró su brazo derecho, los tubos que aún continuaban pegados a ella. Cogió todos los pañuelos de papel de la caja que la enfermera había dejado en la mesilla, y aún sabiendo que no serían suficientes cerró los ojos y se sacó la aguja del brazo. A pesar de que a penas tardó unos segundos en colocar los pañuelos sobre la vena abierta no fue lo suficientemente rápida y la sangre le manchó el brazo y la cama.

-¡Enfermera! –gritó cinco segundos antes de que el caos se desatase en aquel pequeño y temporal pedazo de infierno.

Aún tardó cerca de una hora en abandonar el hospital. Hubo de luchar con enfermeras escandalizadas ante su actitud y médicos incapaces de comprender que quisiese abandonar el hospital sintiendo el dolor que su rostro reflejaba.

Necesitó cerrar la puerta de su casa y sentir que estaba de nuevo a salvo para relajar todos los músculos de su cuerpo, se dejó caer lentamente en el suelo y apoyó la cabeza entre las piernas dobladas. Entonces se dio cuenta, ya no sentía dolor. Aquel martirio que le había obligado a abandonar la tarea de hacer la compra semanal había desaparecido. Ya no estaba. Sonrió y levantó la vista al frente.

 

-Me encuentro mejor –dijo sabiendo que él agradecería sus palabras tanto como ella. –Es curioso, no solo estoy bien, creo que tengo hambre. ¿Quién lo hubiera dicho?

 

Se levantó casi de un salto y se dirigió al lavabo dispuesta a darse una ducha que hiciera desaparecer de su cuerpo el olor a hospital. Después comería algo.

 

La vio entrar en el baño y quiso dejarle intimidad, no sería la primera vez que la viese desnuda, pero aquel era un momento diferente. Sentía el pánico creciendo dentro de él. En el hospital ni siquiera pensó, solo quería que ella estuviese bien e intentó facilitar el trabajo de los médicos, aunque en mas de una ocasión le fue imposible contener su ira.

Ahora era diferente, ella estaba bien, estaba en casa, y sonreía. Bajó la guardia en el instante en el que contempló sus ojos libres de dolor y en ese justo momento la verdad comenzó a asomar lentamente, no tardó en golpearle con fuerza.

¿Qué había hecho? ¿A que la había condenado? ¿Qué ocurriría si supiese que ya no podría huir de aquel pedazo de infierno? ¿Cómo salvarla de algo que crecía aferrado a sus entrañas?

 

Amaya Alvarez
 
 

domingo, 27 de enero de 2013

MIEDO

 
 



Es difícil no sentir miedo cuando noche tras noche espero sentada, rodeada de oscuridad y con el frío cortándome la piel.

¿Vas a volver a buscarme?

Se que no lo dijiste, que nunca lo prometiste, que de tus labios jamás salió la palabra “volveré”. Pero tu ausencia es demasiado dolorosa como para no desear un recuerdo inventado. Una realidad solo mía. Un final diferente con los mismos actores…

Noche tras noche regreso cansada, con la mirada perdida y el cuerpo frío.

Mi piel está triste, recuerda tu tacto, el calor de tus manos, el peso de tu presencia.

Cada parte de mi cuerpo grita de rabia al no encontrarte oculto entre las sabanas. Se enfada y me empuja a levantarme, quiere que vuelva a la noche, que te busque y te encuentre. Lucha conmigo hasta que pierdo el aliento, entonces me permite dormir, perderme en sueños pesados de manos solas y lágrimas eternas.

Es difícil no sentir miedo cuando se que abriré los ojos y de nuevo el frío y la oscuridad serán lo único que besen mi cuerpo.

¿No volverás a buscarme?

Tal vez tu voz a penas fue un susurro…

Tal vez no pude escucharte…

Tal vez tu “volveré” se perdió entre la gente…

 

Amaya Alvarez