miércoles, 12 de junio de 2013

REGRESO AL RINCÓN DE LAS HADAS

Hoy quiero compartir con vosotros una pequeña historia que surgió gracias a una preciosa imagen de Pilar Vega, por favor no dudeis en visitar su página.




 
Caminando de nuevo por el mismo bosque, fue consciente de cuanto le habían cambiado los años. Si cerraba los ojos casi podía oír el sonido de sus pasos 20 años atrás. Pequeños saltos indecisos apenas amortiguados por la hierba. Con 5 años, cada día es una aventura diferente, y la visión de la criatura más hermosa que jamás viesen unos ojos humanos, no asusta. Te deja sin aliento, te maravilla y te paraliza, y te mantiene suspendido en el tiempo, completamente indefenso y perdido en un único segundo.

Aunque había intentado engañarse a si mismo, en cuanto sus pies descalzos tomaron de nuevo la misma senda, hubo de admitir que aquel no era un paseo cualquiera, que no elegiría una ruta al azar. 20 años después necesitaba verla de nuevo. A la culpable de sus  sueños, de sus historias más hermosas. Deseaba desesperadamente encontrarla en el mismo claro, y mientras se decía que era imposible, que nunca había existido y que su mente aún demasiado infantil se obstinaba en hacerle creer que las fantasías de un niño eran reales, sus pasos eran cada vez más rápidos, su mirada volaba de la sombra de un árbol a otro y su respiración se helaba ante el más leve ruido.

¿Cuánto caminó aquella tarde? ¿Cómo mide la distancia un niño que juega a perderse en un mundo de hadas? Y ¿Cuánto ha de estar dispuesto a perseverar un adulto que lucha contra sus propios recuerdos? No hubo de responder ninguna de aquellas preguntas pues en el mismo instante en el que comenzaba a temer haber errado en la elección del camino, frente a él cobró vida su recuerdo más intenso. Ni siquiera fue consciente del dolor de sus rodillas al caer rendido al suelo, no podía apartar su mirada de ella, nada había en el mundo capaz de hacerle levantar y regresar al mundo del que había salido huyendo. Allí estaba observándole su inspiración, su sueño más insistente, su hada.

 

Amaya Alvarez

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