Feliz Halloween!
EL CASTIGO II
Aquel día fue diferente desde el comienzo, pero él solo lo
supo cuando tras tres minutos de disfrutar junto a ella del sonido de la lluvia
golpeando la ventana, “su cárcel” se levanto y entró en su habitación. Al
principio no fue consciente de lo que ocurría pero era tal el respeto que
sentía hacia ella que cuando se quito la camiseta y la dejo caer sobre la cama,
corrió a retirarse a su oscuridad. Se obligó a esperar, tanto como fue capaz.
Cuando tras dar un paso al frente no encontró la resistencia
de la barrera que durante tres años le había mantenido acorralado en el lugar más
oscuro y solitario de “su cárcel”, entendió que su castigo no había hecho más
que empezar.
No era la primera vez que la veía pero si la primera en la
que podía mirarla todo el tiempo que quisiese, detenerse en su reflejo,
desearla y amarla con una desesperación desconocida para cualquier humano.
Aquella tarde ella también estaba diferente, absorta en sus
pensamientos, caminando despacio por su propia casa y asomándose a la ventana
para detenerse solo un minuto en observar como la lluvia continuaba cayendo.
Solo disfrutó de ella, no pensó, no buscó una manera de huir
sin acabar con su vida, porque no existía, solo podía tratar de encontrar la
forma de no dañarla al hacerlo.
La tarde dio paso lentamente a la noche y cuando apenas
faltaba una hora para su liberación completa hubo de retirarse de nuevo cuando
ella decidió desnudarse una última vez. Apenas si le concedió unos minutos
antes de dar un nuevo paso al frente, sabía que el tiempo se agotaba y quería
aprovechar cada minuto de “su” vida. Cuando cruzó la antigua barrera la visión
que tuvo al regresar le golpeó y aturdió hasta dejarle sin aire.
Allí estaba ella, a
oscuras con una sola vela frente al espejo, con un increíble y hermoso vestido
blanco, se había soltado el pelo y miraba fijamente su reflejo. Sus ojos
desafiaban la oscuridad que la rodeaba. Y entonces “su cárcel”, su amor, su
deseo mas intenso, hablo:
-Te estoy esperando…
Ya no miraba su reflejo, le miraba a él, y su voz dulce y
oscura le obligaba a dar un paso más hacia ella. Aún no era el momento,
faltaban solo unos minutos, tal vez tres…
-Te necesito conmigo,
a mi lado, ha llegado el momento…
El tiempo de su castigo se había extinguido.
-Ven a mí…
Se dejó empujar hacia afuera, cerró los ojos y abrió los
brazos, cuando sintió el frío de la noche entrando en sus pulmones supo que por
fin era libre.
Abrió los ojos y observo su propio reflejo, recordó el
motivo de su castigo, recordó quien era, lo que era capaz de hacer y el miedo
que inspiraba a todo aquel que alguna vez había visitado. Y supo porque la
amaba. Ella no solo se mantenía entre sus brazos sino que lentamente apoyo el
peso de su cuerpo sobre su pecho y buscó el contacto de sus manos frías y
oscuras. Cuando alzó su rostro para mirarle, sus ojos le demostraron que no
tenia miedo y sus labios entreabiertos le dijeron que había ansiado ese momento
tanto como él.
Quiso besarla, recorrer la delicada curva de su espalda
desnuda con sus manos, ansiaba sentir el calor de su cuerpo, pero como él ya
sabía su castigo aún no había terminado, el tiempo se agotaba y cuando supo que
el momento había llegado la apartó suavemente sintiendo como su cuerpo gritaba
desesperado por la perdida de su contacto.
No podía esperar, no se permitió dudar ni un segundo, sino
podría dar marcha atrás, podría…
Respiró hondo, desató su tunica, negra como lo fue un día su
corazón, y sin levantar la vista hundió las manos en su pecho, encontró la única
parte de su alma que aún desprendía calor y se la entregó a ella.
Su castigo había terminado…
Amaya
Me encanta como siempre!! Si es que eres una artista de las palabras ;)
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